No más palabras romance Capítulo 85

Lo peor es que las fotos son viejas, de hace quizá unos dos años, sin embargo está ocasionando problemas.

— ¿Hola? Soy Summer...Llamó porque hablé con papi y me dijo que así sucedía...

Sabrina y yo volteamos a ver a Summer, tiene una mano en su cadera y el celular contra su oreja, no sé qué le responden pero frunce el ceño ¡No sé a quién llama!

»Quiero encargar dos bebés. Gemelos y debe dejarlo en la pancita de Sabrina... ¿Cuál es tu apellido, Sabri?

—Stone—responde ella en automático antes de sacudir su cabeza y entender de lo que habla Summer.

—Sabrina Stone. Uno puede tener su cabello pero otro como papi. Una niña y un niño ¿Tarda mucho?...Pero es el número de la fábrica de bebés...

¿Hola? ¿Holaaaa? —observa el teléfono y hace un puchero hacia nosotras—. Colgó y no he pagado por los bebés.

— ¿Cómo vas a pagarle? —pregunto.

—Tengo dinero—mete las manos en el bolsillo de su pantalón color rosa y saca billetes de algún juego de monopolio.

— ¡Rayan! —Grita Sabrina sobresaltándome— ¡Rayan Davis!

Ella se apresura a recuperar su teléfono, Summer se queja y se cruza de brazos.

»Ella llamó a Gabriel, Elisabeth ¡Llamó a Gabriel!

— ¿Por qué tienes el número de tu novio de toda la vida?

— ¡Porque es mi amigo!

— ¿Qué sucede? —Rayan aparece bebiendo café y sonriendo.

—Dile a tu papi que estabas haciendo con mi teléfono, Summer.

—Encargaba dos bebés para ti y Sabri. Uno iba a ser como ella y otro como tú. Niña y niño ¿Crees que podríamos llamar al niño Arthur? Así puede ser un rey...

Rayan escupe el café y yo solo observo todo este desastre conteniendo la risa. Rayan tose y luego lleva una mano a su pecho mientras mira de Sabrina a Summer.

— ¡¿Qué cara...Rayos?! ¿Niña qué hacías?

—Ya te dije papi, me dijiste que los pedía por internet o teléfono, no me dejas usar mucho el internet y usé el teléfono de Sabri porque ella sería la mami, la escogí para que tengamos un rubio.

—Conveniente—digo.

— ¡Cállate! —me gritan Rayan y Sabrina, finjo cerrar un candado alrededor de mi boca.

— ¿A quién llamó, Sabrina?

—A Gabriel.

— ¿Quién es Gabriel?

—Su novio de toda la vida— hablo.

— ¿Tienes novio?

—No... ¡Elisabeth!

—De acuerdo, su exnovio de toda la vida. Fue su amor eterno terminando la escuela, la universidad...Un poco más...

—Lo entiendo, Elisabeth—me corta Rayan alzando la mano, sacude la cabeza—. Lo siento, Sabrina, es mi culpa, yo le dije...

— ¿Qué los bebés se piden por internet y el teléfono?

—Bueno, no parecía tan descabellado—rasca la parte baja de su nuca, luego suspira y deja la taza de café sobre una silla antes de agacharse para estar a la altura de Summer—. Niña, sé que te dije eso, pero crear un bebé es mucho más complejo, no es tan fácil y tampoco puedes decidir quién va a llevarlo en su vientre si no está conmigo en una relación.

— ¿Por qué?

—Porque para eso lo mejor sería que ambas personas estén juntos.

—Cállate.

—Ya dejen todos de mandarme a callar—golpeo su hombro y él ríe.

—Si no soy el único en decírtelo, entonces la del problema eres tú.

—Ahora cuéntanos ese peculiar suceso en donde Barbie tendrá los bebés de Ryry—pide Harry sonriendo.

—Summer llamó desde el teléfono de Sabrina para ordenar mellizos de los cuales uno tenía que ser rubio, por cierto el pedido era de una niña y un niño. Tenía billetes de monopolio para pagar. Ahora Rayan y Sabri sufren intentando explicarle que no pueden hacer bebés.

—Bueno, podrían si deciden tener sexo sin protección—acota Joseph—. Aunque en primer lugar tendrían que decidir tener sexo.

—O solo dejarse llevar—agrega Harry.

—Eso si se gustaran—termina Peter y los tres ríen—. Lo cual es el caso.

—Esperen ¿Qué?

—No te hagas la tonta ¿Las rabietas, miradas de cachorros cuando no se hablaban? Sí, atracción por todas partes—Joseph se encoge de hombros—. Tardé en darme cuenta o al menos en darme cuenta de Rayan, de Sabrina hace mucho lo noté.

—Cuando entré nuevo al programa, pensé que ellos salían—menciona Peter—. Rayan siempre estaba defendiéndola o procurando que ella estuviera bien, y ella siempre sonriéndole y viéndolo.

—Sí, es como darse cuenta que a Valeria le gusta el amigo de tu novio— ofrece Harry guiñándome un ojo—. No se me escapa nada.

— ¿Qué te parece a ti esa declaración, Joseph? —me atrevo a preguntar.

—No soy el padre de Valeria, si le gusta alguien es su asunto, yo estaré en el team Valeria esperando que sea feliz.

—Somos raros. Nos amamos y apoyamos, no nos odiamos y eso es raro— declaro.

—Elisabeth—me llama Kevin, parece muy entusiasmado y feliz conmigo.

Raro. Me pongo de pie con desconfianza y camino hasta él.

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