Me estaba ahogando. Abrí los ojos con pánico antes de que una mano en mi pecho dentro de mi campo de visión me mantuvo en el lugar.
-No, quédate quieta. Estás a salvo. – Dijo una suave y conocida voz. – Inhala y exhala Rose.
Yo lo hice por un par de minutos.
-Eso es. – Dijo la Doctora. – No trates de levantarte, tu cuerpo aun necesita descanso.
-¿Sabe? – Dije con voz rasposa. – Debería de decirme su nombre, paso tanto tiempo con usted que fácilmente podríamos ser amigas.
-Paula. – Dijo con media sonrisa. – Justo estaba pensando en que deberíamos de construir un cuarto solo para ti.
Intenté reírme pero dolió como la m****a y gemí miserablemente.
-¿Quieres más analgésicos para eso?
-Deme algo suave y una hamburguesa con eso. – Dije con un suspiro.
La paciente de la cama de a lado también comenzó a gemir.
-¿Cómo se encuentra, señorita Vanessa? ¿Más analgésicos para usted también?
-Si y un móvil para que pueda llamar a mi familia. – Dijo haciendo algunos ruidos de movimiento. – Dos días es demasiado.
Interesante, al parecer había estado dos días en el mundo de los sueños.
-Hey míranos, no morimos. – Dije con una sonrisa mirando el techo.
-Jodida loca. – Murmuró ignorándome.
-Me temo que no puedo darte un móvil en este momento. – Dijo la doctora ignorando nuestro intercambio. - Aun no tenemos permitida la comunicación, lo siento.
-¿Por qué no? – Pregunté curiosa mientras la otra chica gemía.
-Porque estamos en estado de emergencia y en medio de una evacuación.
Entonces mis últimos momentos con el Alfa Noa vinieron a mi cabeza junto con todas las pruebas que tenía en el maletín.
-¿Evacuación? – Dije desconcertada después de analizar la última parte de su comentario.
-En efecto. – Dijo la doctora caminando hacia la camilla de alado y revisando algo en una de las maquinitas que tenían en los grandes hospitales. – El Alfa Noa y el Alfa Bastian han declarado una alianza formalmente. Desde ayer han estado visitando casas y evacuado personas por orden de prioridad.
-Oh…
Una guerra estaba a la vuelta de la esquina.
-¿Alfa Bastian? – Dijo la chica en la otra camilla. - ¿Dijiste Bastian?
-Si… whoa, tranquila, aun no puedes levantarte…
-A la m****a lo que no puedo hacer, llama ahora al Alfa Bastian. ¿Está en esta manada? ¡Debo verlo! … ¡No me toques!
Me levanté despacio y pude ver a la chica tratando de quitarse los muchos tubos en su cuerpo.
-Oye, tranquila. ¿Quieres hablar con Bastian? Bien, yo lo conseguiré para ti. – Dije tratando de calmarla y dirigiéndome hacia la Doctora Paula. - ¿Puedes darme un móvil, por favor?
-No creo que…
-Por favor. – Dije un poco más fuerte. – No puedes impedirme hablar con él.
Me miró de mala forma pero sabía que tenía razón. Metió su mano dentro del bolsillo de su bata y me extendió el móvil.
-¿Hola?
-Hola Chase, ¿Cómo está mi cachorro favorito? – Dije con ternura.
-¡Rose! ¿Cómo estás? No me dejaron ir a verte…
-Tranquilo, estoy bien. La doctora Paula hace milagros… en fin, necesito un favor. ¿Podrías comunicarte con tu padre y decirle que lo estoy buscando?
-Claro. Dame cinco.
Colgamos y esperé pacientemente esos cinco minutos en una habitación llena de tensión. La doc no estaba feliz y la chica parecía que…
M****a.
-Espera un segundo. – Dije en shock sumando dos más dos. – De casualidad ¿Tu hermano es Bastian? ¿Bastian Crow?
-Lo es, ¿Tienes algún problema con ello? – Dijo mirándome extraño.
Comenzó como un resoplido, luego fue un bufido y terminó como una carcajada en mi pecho.
-Por supuesto que no tengo un problema. – Dije terminando de reír mientras mi público me veía como si estuviera loca. Quizá lo estaba. No se pasaba por el infierno de ida y vuelta quedándose totalmente cuerdo. – De hecho, puedes comenzar a decirme “hermana”.
-¿Eres nuestra hermana? – Preguntó incrédula.
Justo cuando estaba por responder escuchamos los característicos gruñidos de Bastian por el pasillo. La puerta se abrió de golpe y la Doc dio un par de pasos hacia atrás.
-Hey, con una llamada bastaba para…
Y no me dejó terminar. Se fue directo a mis labios pero por mucho que me gustara manosear al hombre en cualquier oportunidad, tenía que decirle un par de cosas.
Después, quizá en unos minutos más.
Sus labios eran cálidos mientras invitaba a los míos a separarse; ese era el único contacto que tuvo con mi cuerpo.
Cuando por fin nos separamos para respirar jadeantemente, mis manos aún se encontraban dentro de su camisa. ¿Cómo habían llegado hasta ahí?
Puso su frente contra la mía y suspiró.
-Te pondré un jodido localizador, humana. – Dijo gruñéndome.
-¿Ni siquiera me invitarás de comer?
-Después de que te ponga ese localizador. – Dijo bufando. -¿Sabes lo asustado que he estado por días? Dijiste que solo ibas con ese Beta y…
-Edson… ¡Edson! M****a, ¿Lo han encontrado? – Dije interrumpiéndolo.
Él me gruñó de nuevo.
-Lo encontré y luego lo llevé a coser. Ahora dime humana, ¿Qué sabes de tu secuestro?
-¿Más allá de que tu ex pareja me apuntó a la cara y me llevó con su papi? ¿Más allá de saber que la loba Beatriz es una traidora? ¿Más allá de toda la evidencia que ya le di al Alfa Noa? Ciertamente, mi tiempo cautiva fue esclarecedor, pero no le pedí a Chase que te diera mi mensaje por cosas sin importancia. – Dije desdeñosamente. Él siguió gruñendo. – Te llamé porque la chica de la siguiente camilla quiere hablar contigo.
-Qué m****a querría una humana conmigo…
Se congeló al mirar en esa dirección antes de que sus piernas recuperaran el ritmo y llegara hasta ahí de dos zancadas largas.
-Tú… - Dijo temblorosamente.
Vanesa ya se encontraba chillando a moco vivo.
-Dime una cosa, Doc. – Dije apartando la vista de ellos. - ¿Sabes dónde está Edson? Quisiera hacerle una visita rápida.
-No se encuentra en la clínica. – Dijo negando con la cabeza. – En realidad, no sabría decirte dónde está. Ni siquiera sabía que estaba herido…
La buena Doc se perdió en sus pensamientos y yo suspiré. Bueno, no podría preguntarle en este momento más detalles a Bastian sobre él porque sabía que me haría un drama. Además, se encontraba ocupado en su reencuentro; me alegraba por ellos.
Comencé a quitar la manta que em cubría solo para darme cuenta de que estaba desnuda. Volví a suspirar, ¿Para qué me molestaba con la ropa? De todas formas siempre me encontraba en situaciones de m****a que me hacían perderla.
Rowan se tensó y gruñó como un animal herido. Yo detuve mi dialogo y lo observé con atención; sus puños se abrían y cerraban intermitentemente, apretaba la mandíbula y prácticamente parecía que quería huir pero algo se lo impedía.
-¿Estás bien? – pregunté preocupada.
-Lo estoy, Luna.
-No lo estás. Pareciera que algo te duele. – Dije directa. – Si no quieres llevarme con Edson, solo puedes decirme hacia dónde ir y yo encontraré el camino. – Dije rascando mi cabeza confundida.
¿Qué lo habrá puesto así?
-La llevaré, Luna.
-Basta ya con eso de Luna. Siempre me has llamado por mi nombre. – Dije ladeando la cabeza. - ¿Me dirás qué es lo que está mal? ¿Quieres que te lleve a la clínica?
Cerró los ojos y dio un par de respiraciones antes de volverlos a abrir y tomarme en brazos. Comenzó a caminar pero seguía sin verse bien.
-Sé que no somos muy cercanos. – Dije en tono bajo. – Pero si tienes un problema con ayudarme yo…
-No es eso. – Dijo cortándome de forma tajante. Eso me hizo dar un pequeño respingo. – Lo siento, Rose. No es mi intención ser rudo.
-Está bien. – Dije aunque no lo estaba.
Recorrimos un par de calles antes de que él rompiera el silencio.
-No tengo nada en contra de que me des órdenes como Luna, Rose.- Dijo en un suave murmullo que me costó escuchar. – Te he seguido de cerca en la manada Firebuck y sé que tienes una buena reputación por aquí. Pienso que serías una buena Luna y no abusarías de tu poder, es solo que no todas las Lunas son así.
Oh.
-Si te sientes incómodo, siempre preguntaré y trataré de que cualquier cosa que pueda llegar a pedirte no suene como una orden. – Dije igualando su murmullo.
-Yo… trataré de no tensarme cuando no suene así.
-Bien.
Recorrimos otra calle antes de que él suspirara.
-¿No vas a preguntar?
-No. Debes tener tus motivos para tener la información privada, además, no quisiera incomodarte con el tema. – Dije sinceramente.
-No me incomodas, es solo que para un macho es difícil de admitir algunas cosas. – Dijo negando con la cabeza. – Bastian era plenamente consciente de ello, así que no veo el motivo por el que no pueda compartirlo contigo. Quisiera que supieras la razón por la que puede que sea un Beta un tanto renuente a las órdenes. No quiero que pienses que es porque no te respeto como Luna.
Yo asentí con la cabeza.
-No lo pensaría, yo también sé el tipo de macho con quien Bastian trabaja y respeta.
Sonrió un poco antes de ponerse serio.
-Luna Clarissa la mayor parte del tiempo me daba órdenes estúpidas. – Dijo con indiferencia. – Eran otras órdenes con las que se… divertía. Pasé la mitad de mi tiempo como Beta en la oficina tratando de levantar de la miseria a la manada junto a Bastian y la otra mitad en la cama de Clarissa.
MI boca cayó al suelo.
-Joder.
-No, eso no lo hacíamos. – Dijo apretando los dientes. – Me amarraba a la cama y me estimulaba para después ella jugar consigo misma. Normalmente le gustaba drogarme para que estuviera más receptivo y le divertía verme suplicar por liberación antes de ordenarme que me diera baños fríos…
-Espera. – Dije con incredulidad e indignación. - ¿Y esto lo sabía Bastian? ¡¿Por qué m****a no detuvo a la perra?!
-Bastian pensaba que yo era un participante activo y receptivo de las atenciones de Clarissa, así que nunca me lo impidió… o se lo impidió a ella.- Dijo con un suspiro resignado. - ¿Cómo decirle a mi Alfa que no me estaba acostando con su pareja pero que si hacíamos todo lo demás en contra de mi voluntad? Temía que me viera como alguien débil. Además, sospecho que solo me utilizaba para quitarse el aburrimiento
-Rowan… lo siento tanto. Jodida sociedad que les enseña a los machos a que tienen que guardarse todo. – Dije apretando un poco su hombro. – No se lo diré a nadie y jamás utilizaré la cosa de ser Luna contra tu voluntad, te lo prometo.
-Gracias. Hemos llegado. – Dijo incómodo deteniéndose frente a la casa de Amanda.
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