¡Papá compró una humana! romance Capítulo 53

-Yo también me alegro de que estés vivo. – Dije abrazándolo más fuerte.

Edson era algo así como el hermano que nunca tuve; era parte de mi familia, así como el señor Fred y Chase. En estos últimos meses cada vez más gente se unía a ese circulo y me hacían sentir cálida por dentro.

-No me separaré de ti a partir de ahora. – Dijo de repente Edson sacándome de mis pensamientos. – Te fallé no solo como amigo, sino como Beta.

-Oh Edson… no lo hiciste. ¿Cómo podrías saber que ambos íbamos a caer en la trampa de dos lobas malvadas? Aunque, si no mal recuerdas, ya te había dicho que tienes un pésimo gusto en lobas. – Dije en un intento de relajar el ambiente. – Todas quieren mi cuello.

-He terminado con las lobas. De todas formas las humanas dan menos problemas. – Murmuró contra mi pelo. – Excepto tú, tú das un montón de problemas y compadezco a tu pareja.

Yo le di un golpe juguetón en su abdomen y él se tensó.

-¿Realmente estás bien? – Pregunté frunciendo el ceño y mirándolo a la cara. Él rehuía mi mirada. – Oye, no te alejes.

-Estoy bien.

-No te creo. ¿Qué sucede?

-Nada.

-No es cierto.

-Si lo es.

-Que no.

-Esto es ridículo, Edson. – Dije frustrada. – Dime qué m****a no quieres decirme.

Entonces procedí a levantar su playera con un movimiento rápido, pero ahí solo había piel suave.

Él suspiró.

-Viste exactamente qué fue lo que me pasó, Rose. – Dijo en tono suave y mi mirada regresó a sus ojos. Se veía atormentado. – Eso fue lo único que hizo esa loba por días; como puedes ver estoy bien por fuera, pero aquí. – Dijo tomando mi mano y colocándosela en la frente. – Aquí aún me encuentro en esa cama.

-Oh Edson. – Dije con lágrimas en los ojos. - ¿La cosa de ser Luna no ayuda?

-Lo hace, pero hay paz que tengo que encontrar por mí mismo. – Dijo con una sonrisa suave. – Ahora, cuéntamelo todo, ¿Qué sucedió contigo?

Yo me senté en su regazo para acurrucarme y le conté toda mi travesía hasta aquí.

-Tengo la sospecha de que el Alfa Luca planeó toda la cosa del secuestro de la hermana de Bastian, pero además del beneficio económico, no sé para qué lo haría. – Dije despacio. – Vi sus cuentas, el lobo gana al día la mitad de lo que le prestó a Bastian.

-Algunos lobos no van en busca de dinero, sino del poder que pueden ejercer sobre otras manadas. – Dijo Edson con el ceño fruncido. - ¿Se lo has dicho a Bastian?

-No, estoy segura de que llegará a la misma conclusión cuando termine de hablar con Vanesa. – Dije en tono sombrío. – No traje conmigo todos los papeles interesantes que encontré, pero si los que tenían que ver con las manadas y los asuntos más urgentes. Uno de esos papeles que no cabía en mi portafolio robado hablaba sobre por qué esa manada es la más próspera de todas, ¿A que no adivinas quién está involucrado no solo en secuestros de humanas sino también en el de lobas?

-Joder. – Dijo tensándose.

-Si. Tiene registros de secuestros desde hace al menos quince años… o tenía, porque lo quemé en un acto muy estúpido. – Dije rascando una de mis cejas. – En ese momento pensé que era buena idea, como sea, estaba implicado en el tráfico de humanos y lobos por igual. También pienso que ha tenido a miembros de su manada infiltrados en todas las manadas para espiar, secuestrar y lo que hiciera falta…

Tenía sentido entonces que cuando nos llevaban al cuarto de “juegos” hablaran sobre chicas “especiales” y chicas “comunes”. Suponía que las lobas eran llevadas a otras celdas.

-El bastardo merece morir. – Dijo con un gruñido Edson. – Tuvimos un par de desapariciones hace…

Entonces se tensó y cerró los ojos.

-¿Qué pasa?

-Que quizá mi madre no nos abandonó, eso es lo que pasa. – Dijo con otro gruñido. – Desapareció junto a algunos otros humanos y lobos. Pensamos que se habían ido por propia voluntad, pero creo recordar que ella había mencionado que le habían pedido que fuera a reunirse con un Beta en el almacén para que ayudara en algunas reparaciones. Ella era buena con las herramientas; el Beta también desapareció.

-Lo siento Edson. – Dije acariciando su brazo. – No había información sobre a dónde los llevaban, solo registros de cuántos habían capturado y cómo lo habían hecho.

-No te preocupes, no tienes la culpa. – Dijo con un suspiro. – Bien, con todo lo que me acabas de decir, entiendo por qué la evacuación y la compra a escala de pólvora…

-¿Pólvora? – Dije parpadeando. – Uh… de acuerdo.

-Y ya que has estado en la clínica y que esta información no ha sido compartida con los Alfas, debemos de informar de inmediato. – Dijo levantándose. – No queda mucho tiempo antes de que el resto de las manadas vengan a reclamar nuestros cuellos.

-Está bien. – Dije con un gemido al levantarme. – Sería bonito que esta humana no tuviera que caminar. – Dije parpadeando inocentemente en su dirección.

-¿Estás demente? Me gusta mi cuello donde está. – Dijo con una risa divertida. – Dile a tu lobo escolta que lo haga, ya he corrido demasiado peligro al abrazarte.

-¿Lo dices por Bastian? Exageras, él sabe que patearé su trasero si vuelve a tocarte. – Dije rodando los ojos mientras lo acompañaba a la salida.

-¿A dónde vas, hermano? – Dijo una voz a nuestra espalda. Giré mi cabeza para ver a su hermana cruzada de brazos en medio de la sala. ¿Cuándo llegó?

-Estoy seguro de que lo sabes, así como sé que has estado escuchando a escondidas desde que Rose entró. – Dijo Edson mientras abría la puerta. – Evacua con el resto de la manada, hermanita. Te veré cuando todo se calme; saluda a tu pareja y dale un beso a mi sobrina por mí.

Salimos sin otra palabra más; ahí Rowan se encontraba en el mismo lugar en el que lo dejé.

-Siguiente parada, con el Alfa. – Dije comenzando a caminar. Quizá hice algunos gemidos exagerados para causar lástima, pero Rowan captó la indirecta y yo subí a su espalda con un chillido de alegría.

Ciertamente aún me sentía un poco débil, pero quizá eso era porque no había tenido una hamburguesa en días. Me dolía un poco el hombre, pero por lo que podía sentir, solo me quedaban algunas cicatrices. Una más a mi colección.

Me sentí confundida cuando Rowan comenzó a desviarse con dirección a la clínica.

-Hey, no. – Dije medio divertida. – Me refería al Alfa Noa. Por el momento Bastian está ocupado y hay cosas que decirle al otro Alfa.

-Bien.

Cambió su dirección inmediatamente y Edson bufo divertido.

-Lo más digno que puede hacer un Beta por su Luna es ser utilizado como poni y taxi. – Dijo Rowan en voz baja.

Yo reí, no sabía si era en serio o no, pero no importaba.

-Le pediré a Bastian que te aumente el sueldo. – Dije cundo termine de reírme. – Bien, antes de llegar y comenzar a hablar de temas serios, tengo una pregunta que no puede esperar.

-Dispara. – Dijo Edson de buen humor.

-¿Para qué sirve un novio? – pregunté tímidamente.

Edson parpadeó en mi dirección.

-Uh… vaya, no fue nada. Fue pura coincidencia que encontrara eso. – Dije tímidamente.

-Y estamos aquí para darle nueva información. – Dijo Edson poniendo una mano sobre mi hombro. – Rose no solo encontró lo que le ha entregado, sino que también algunos de los negocios más fructíferos de esa manada.

El Alfa Noa miró brevemente hacia detrás de nosotros antes de asentir.

-Cualquier información adicional es bienvenida, Rose.

Yo tomé aire y comencé a enumerarle todo lo que había descubierto así como algunas de mis sospechas.

Para cuando terminé se escucharon dos graves gruñidos en la habitación y yo giré con precaución para ver la fuente del segundo sonido. Bastian había llegado en algún punto y se había quedado junto a la puerta. Oh, bueno, eso me ahorraba tener que repetir esto de nuevo.

Hubo silencio repentino en la habitación y Edson modificó un poco su postura para cubrirme de la mirada enojada de Bastian. No creía que fuera por mí, así que estaba tranquila.

-Espero que puedas supervisar lo que falta tu solo, Noa. – Dijo Bastan comenzando a temblar. – Voy a la manada de Skilltown a matar a Luca.

-¿Tú solo? – Preguntó el Alfa Noa.

-No, llevaré a mi Beta conmigo.

Las cejas del Alfa se alzaron hasta casi el nacimiento de su cabello.

-De acuerdo.

Y con eso Bastian me dio un vistazo rápido antes de darse la vuelta.

Yo me incliné rápidamente ante el Alfa y seguí a Bastian por el pasillo.

-Espera. – Medio grité. Milagrosamente se detuvo, pero no volteó a mirarme.

-¿Vas a detenerme? – Preguntó en voz baja.

-No. Eres un lobo adulto capaz de tomar tus propias decisiones. – Dije rodando los ojos. – Solo venía a decirte que yo también quiero ir.

Eso lo hizo voltearse.

-No.

-Lástima, yo también soy un adulto capaz de tomar mis propias decisiones. – Dije pasando de largo. – Puedes darme diez minutos para pasar con un amigo para armarme o puedes partir sin mí. Por ten por seguro que llegaré hasta esa manada de alguna forma en las próximas horas.

-Rose. – Dijo con un gruñido sujetando mi muñeca. – Con tu fuga y con la de Vanesa, puede que el lobo ya me esté esperando.

-Y tú vas a ir directo y sonriente hacia tu muerte. - Dije girando para tomarlo de su playera con mi mano libre y acercarlo. - Dame diez.

Me miró desconcertado mientras le daba un guiño y seguía mi camino.

Salí de la Casa de la Manada con una sonrisa descarada en el rostro y un Bastian muy enojado insultando mi pellejo suicida.

No era suicida. Era solo que tenía que preguntarle si éramos o no novios y ¿Qué mejor que hacerlo en el camino de una misión homicida?

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Papá compró una humana!