-No teníamos un plan de evacuación. -Me confesó Rowan veinte minutos más tarde mientras yo estaba acurrucada en el costado de Bastian.
Había cambiado lugar con Edson en el auto, y ahora los Betas estaban en frente.
-Entonces… ¿Solo improvisaste? – Pregunté incrédulamente.
-Obviamente lo hizo. ¿Sabes las posibilidades que teníamos de salir ilesos de lo que parecía un plan descabellado de carnicería? -Preguntó Edson con una sonrisa desquiciada.
-¿Qué pasará con el tema de la guerra? No sabemos si vamos a sobrevivir a eso mañana, ¿Por qué le daríamos falsas esperanzas a esa manada? - Dje después de pensarlo por un momento.
-No son falsas esperanzas. – Dijo Bastian. – Quitando de en medio los guardias de Skilltown, únicamente nos queda por tratar el convencer a seis manadas de que el culpable ha sido Luca y que tenemos pruebas de ello.
-¿Nos escucharán?-Dije saliendo de su costado para mirarlo a los ojos.
-Estoy seguro de que un par de manadas lo harán.
-¿Y el otro par?
-El otro par solo necesitaban una excusa para ejercitar las garras. – Dijo Rowan. – Tendremos problemas con las manadas del Norte porque, sencillamente, por años han querido tener tierras más calidas y prósperas que las que tienen. Con la guerra seguramente esperaban reclamar alguno de nuestros territorios.
-Pues solo hay que ofrecerles Skilltown y listo. – Dije encogiéndome de hombros. – De todas formas la tierra va a ser un lugar desierto dentro de poco.
-No es tan sencillo. – Dijo Bastian.- Si les damos las tierras, ellos querrán más. Quizá no en este momento, pero en un futuro ese sería un problema. Lobos mejor alimentados son lobos que pelearán a muerte para obtener mucho más de lo que tienen.
-Y volveríamos al inicio. – Murmuré. - ¿Qué tienen planeado entonces para ellos?
-Matarlos.
-No sé por qué no se me ocurrió. – Dije con sarcasmo.
Por un momento se me olvidó que así resolvían sus problemas. Lobos locos.
-Y una vez muertos, ¿Qué pasará?
-Probablemente reten a Bastian por el puesto. – Dijo Rowan meditativo. – La mejor opción sería renunciar de inmediato.
-Ya tengo suficientes lobos aquí. – Dijo Bastian dándose pequeños toques a un lado de su ceja derecha. – No creo que pueda tener más.
Ciertamente para mi sorpresa, ninguno de la manada de Skilltown quiso irse y buscar otro Alfa; por lo tanto, mi pareja era ahora el Alfa de al menos quinientos lobos nuevos.
-Yo creo que podrías, pero sería un dolor en tu trasero. – Dijo Edson. – Aun tienes que elegir a algunos Betas.
-¿Cómo se hace eso? – Pregunté curiosa. - ¿Nacen como Betas? ¿Huelen diferente?
-Bueno, en realidad es como una tradición familiar. – Dijo Bastian con media sonrisa mientras comenzaba a jugar con un mechón de mi cabello. Él hacía mucho eso. – Aunque también pueden apuntarse para el puesto y el Alfa sería quien tendría la ultima palabra para medir las habilidades del nuevo Beta.
-¿Cómo sabes cuántos necesitas?
-Normalmente se escogen debido a la carga de trabajo que pueda tener un Alfa; a veces solo se necita uno o dos en el territorio si Alfa y Betas son muy eficientes con el papeleo. – Dijo Rowan en tono arrogante.
-Supongo que es el caso de tu manada. – Dije rodando los ojos.
-Si, ¿Por qué crees que solo tenía tres Betas en la nómina? – Preguntó arqueando una ceja Bastian.
-No lo sé, realmente no pensaba en ese tipo de cosas antes. – Dije honestamente. – Ya sabes, tenía mucho en mi plato con mi cojera, mi trabajo y mi entrenamiento.
-Lo siento. – Dijo en voz baja.
-Está bien, es caldo pasado. – Dije con un ademán de mi mano. – Además, gracias a eso me hice esta chica independiente que patea traseros de suegras locas. Soy un pollo Alfa con suerte.
-¿Qué? – Preguntaron tres voces al mismo tiempo y yo no pude evitar reírme porque no entendían mi chiste.
-De… acuerdo. – Dijo Bastian negando con la cabeza. – Lo que me recuerda, ¿Puedo preguntar cómo es que terminaste con un tobillo en tan mal estado y ahora ya no lo está?
Hubo silencio repentino en el auto. Edson giró levemente su cabeza hacia atrás para mirar feo al tipo.
Yo entendía su curiosidad, después de todo, la última vez que me vió en su manada ni siquiera podía caminar decentemente y meses después cuando nos reencontramos, mi tobillo había vuelto a la normalidad.
-Puedes preguntar. – Dije en tono suave. – Mi tobillo fue producto de mi primer día como una ocupante más en la prisión de los esclavistas. Me hablaste sobre haber registrado el lugar y obtenido algunos fuertes videos, quizá lo que me sucedió al detalle se encuentre ahí. No estoy muy segura porque creo que me desmayé con el primer golpe del martillo.
Me interrumpí cuando sentí temblar el cuerpo de Bastian y vi que apretaba sus puños hasta que sus nudillos se volvieron blancos. Yo puse mi mano sobre uno de sus puños y le sonreí dulcemente.
-Eso también ya ha pasado. Y, con respecto a cómo m****a se curó… bueno, podría decirte pero no ahora mismo. No sé si tu deidad me vaya a arrojar un rayo o lo que sea si Edson y Rowan escuchan.
-¿Qué?¿Y yo por qué no puedo saber? – Preguntó Edson girando su cabeza en mi dirección. – Sabía que mentías cuando dijiste que ibas a un curso de supervivencia de m****a.
-Lo siento, yo no puse las reglas. – Dije sacándole la lengua
-¿Curso de supervivencia? – Preguntó Bastian mirándome interesado. Su enojo aún seguía ahí, pero se estaba controlando.
-Larga historia. - Dije dramáticamente.
-¿Qué tiene que ver Nuestra Gran Madre con eso? – Preguntó Rowan curioso.
-De nuevo, no quiero arriesgarme a que nos parta un rayo o lo que sea. Lo único que les diré es que estoy segura de que las lobas sacaron el carácter especial que tienen directamente de su deidad. – Dije arrugando la nariz.
Después de eso Edson me estuvo molestando para que revelara mis secretos, pero yo era una tumba.
Pasamos por un par de hamburguesas en nuestro camino de regreso; a este paso yo sería una humana muy gorda. No es que me importara o que le importara a Bastian. ¿Cómo lo sabía? Porque era el maldito el que me tentaba con papas fritas y me compró mi helado.
No creí que lo recordaría, pero yo era una chica muy feliz lamiendo mi helado de cuatro bolas de chocolate.
A pesar de que nuestra misión para matar a Luca había salido de maravilla, había algo en el fondo de mi mente que me preocupaba, pero por mi vida que no podía recordar qué era.
-Ahora, tenemos que hablar sobre cómo nos vamos a dividir en un par de kilómetros. – Dijo Bastian en tono serio y mi cabeza se elevó rápidamente.
-¿Dividir? ¿No vamos todos a la manada Skyblue?
-No, Rose. Antes de irnos Bastian y Alfa Noa hablaron para que en caso de finalizar la misión con éxito, Bastian fuera al lugar de encuentro que tenía planeado Luca con las otras manadas. El plan es no dejar que la guerra se acerque a nosotros. – Dijo Edson con comida en la boca. – Minamos toda la manada y mandamos a los civiles a la manada de Bastian solo por precaución.
-¿Entonces Bastian hace de carne de cañón y negociador? -Pregunté con incredulidad.
-Básicamente. – Dijo Rowan.
-Trataré de apaciguar a los Alfas, pero como ya lo hemos hablado, no todos estarán conformes con una solución pacífica. Es por eso que tanto Noa como yo ya hemos enviado a la mitad de nuestros guardias al frente justo en el punto en el que se reunirían mañana.
-¿Qué pasará si algo sale mal?
-En el peor de los casos, Noa se queda a cargo de ambas manadas… bueno, eso era antes de que asumiera el mando de los Skilltown. Entonces, el trabajo de el Beta cadáver es informarle la actual situación a Noa y prepararlo para que asuma el mando de una tercer manada también. – Dijo Bastian encogiéndose de hombros.
Tranquilizador.
-¿Y en el mejor de los casos?
-En el mejor de los casos, las seis manadas restantes regresan a sus territorios, evitamos una guerra y podemos regresar a casa para organizar qué hacer en los próximos meses. Tengo que reconstruir las casas y edificios de mi manada original y añadir un par de casas extra para los Skilltown.
-Entonces… ¿Puedo ir contigo?
-Preferiría que te quedaras en un lugar seguro. – Dijo Bastian con un suspiro. – Después de todo, en el ajedrez la pieza más importante es la de la reina. Las manadas necesitarán una Luna cuando todo esto termine.
-Mientes, la figura más importante es el rey. – Dije con un puchero. – La reina solo es la más poderosa y hermosa de las figuras.
-Ah, mi error. – Dijo divertido.
-Además, las manadas han sobrevivido sin una Luna por mucho tiempo. Lo harán por un par de años más. -Dije frunciendo el ceño. – Y yo me siento más cómoda utilizando mi bastón para golpear a grandes y malvados lobos, no cuando luces fantasmales salen de sus cuerpos sin vida o cuando las llamas bailan sobre ellos… o cualquier m****a mística. Es escalofriante.
-Puede ser. – Dijo Edson desde el asiento delantero. -Pero solo una Luna especial puede hacerlo.
- Y hablando del tema, ¿Qué es eso de que las Lunas se agotan después de los rituales funerarios?
- Es solo una teoría, pero se dice que las Lunas que no son bendecidas por Nuestra Gran Madre no pueden realizar los ritos funerarios sin colapsar después ya que utilizan su propia energía vital para realizarlos. – Dijo Rowan. – Que tú pudieras hacer el Lamento de la Luna y la Guía de la Luna al mismo tiempo, es solo una prueba contundente de que Nuestra Gran Madre te ha elegido.
- Que la manada de los Skilltown viera de lo que eras capaz, fue para ellos la señal de Nuestra Gran Madre para seguirnos. – Dijo Bastian encogiéndose de hombros. – De otra forma estoy seguro de que muchos se habrían convertido en exiliados.
- ¿Por qué?
-Porque después de su Alfa, sería difícil volver a confiar en otro.
Tenía un excelente punto.
- Y yo que pensaba que te habían elegido por tu linda cara. – Dije en tono de broma.
- ¿Te gusta mi cara? – Dijo tomando una de mis manos y regalándome una enorme sonrisa.
-Las ratas no tienen casa. – Dijo con desprecio.
-¿Hablas por ti misma? Porque creo recordar que la Casa de la Manada de Bastian y la de tu padre se incendiaron. – Dije batiendo las pestañas en su dirección.
-Disfrutaré mi tiempo contigo. – Dijo levantándose lentamente del sillón. – Esperaba que mi hombre estuviera contigo ya que hay una cama con su olor por el pasillo. ¿Dónde está mi pareja?
-Si te refieres a MÍ pareja, la verdad es que no lo sé. Yo no lo sigo como una psicópata sin nada mejor que hacer.
-¡Es mi pareja! – Dijo haciendo crecer sus garras y mirándome amenazadoramente con los colmillos de fuera. – Fue mi pareja desde el momento en que lo vi.
-Ah, entonces tú unilateralmente decidiste que el lobo era tuyo. – Dije con una carcajada sin humor. - ¿Qué? ¿No podías tenerlo sin algún tipo de amenaza o trato de por medio?
-¡Cállate! – Gruñó pisoteando al levantarse. – Solo eres una vulgar esclava que necesita una lección de humildad.
-Oh, ¿Y tú me la vas a dar?
-No, yo te mataré y esperaré a que mi pareja venga. Le tengo preparado un regalo especial. - Dijo agachándose y tomando del cabello al Alfa Noa para levantarlo un poco. – Le dejaré que mate a este patético intento de Alfa y luego expandiremos nuestro territorio hasta aquí. Conquistaremos todas y cada una de las manadas hasta que finalmente poseamos el control de todas las manadas del continente.
-Me temo que eso ya lo ha iniciado sin tu ayuda mi pareja. – Dije tratando de ganar tiempo.
Estaba segura de que Edson estaría de camino hacia aquí al no encontrar al Alfa Noa… o al encontrar una escena sangrienta. Dudaba que mi casa fuera el inicio de la matanza de la loca. ¿Tendría más cómplices? ¿Beatriz la estaría ayudando?
Como sea, necesitaba distraerla hasta que llegarán mis refuerzos. Sabía que podía con ella porque no le vi portar ningún arma encima, pero el olfato de Edson era necesario para saber si nos esperaban más enemigos listos para atacar por la espalda.
-De hecho, acabo de regresar de una pequeña excursión a la manada de papito. Te manda saludos dese el infierno, pero… ¿A que no adivinas quién es la nueva y flamante Luna de los Skilltown? Solo tuve que desgarrar la garganta de una perra por el puesto. – Dije con una sonrisa salvaje.
Eso la detuvo en seco.
-¿Qué es lo que acabas de decir?
-Que tu papaíto está en el infierno. Muerto muy muerto.
-No, eso no. La segunda parte. – Dijo en tono bajo comenzando a brotarle pelo de los brazos.
-Ah, ¿La parte en donde maté a una perra por el puesto de Luna? Bueno, lo hice. Tenía muy mala puntería y yo muy buenas habilidades. ¿Por qué? ¿Era una amiga? – Dije provocándola.
-Te cortaré la cabeza para ponerla en la sala de la Gran Casa de la Manada que construiré junto a mi pareja; te desangraré lentamente y se la daré de beber a los animales salvajes, luego haré un abrigo con tu piel, cocinaré tu carne y se la daré de comer en platos hechos con tus huesos a mi pareja como premio por conquistar al mundo.
Debo admitir que tuve un instante de morbosa curiosidad por saber cómo haría eso. Pasó rápidamente cuando la loba saltó con las garras apuntando a mi cara.
La esquivé aunque fue difícil ya que tenía que poner atención a los cuerpos en el suelo para no tropezar o perder el equilibrio.
Dos zarpazos más en mi dirección me hicieron darme cuenta de que no era una cachorra de pecho; la jodida Clarissa sabía pelear y seguramente solo había estado jugando conmigo en mi tiempo en la manada de Bastian.
Hora del contrataque.
Tomé a Puño y Furia para desviar sus ataques; si tomaba mi bastón, la loba loca lo cortaría en dos segundos. Pero mis tenedores eran de metal puro y resistirían los ataques mucho mejor.
Intenté darle algunas estocadas en sus puntos vitales, pero ella era escurridiza y desviaba mis ataques. Era un baile muy parejo. Al menos hasta que se hartó de jugar y de una patada me envió volando directo hacia mi sofá.
Me sacó el aire momentáneamente.
Lo aprovechó para tirarse encima de mi con ojos salvajes mientras se lamía los labios.
Pude patearla de vuelta para sacarla de encima, pero no era tan fuerte ni de cerca, así que solo cayó al suelo con fuerza y volvió a levantarse mientras yo trataba de recuperarme.
A la m****a, utilizaría mi bastón… en cuanto pudiera.
Volví a esquivar los zarpazos de loca ya pensando en cómo llegar a mi arma caída. En algún punto había tenido que alejarme de mi bastón con intención de tomarlo en caso de ser necesario. Y en este momento era necesario, así que arrojé al viento la precaución y me lancé con mis dos armas hacia la cara de la perra.
No se lo esperaba o fue muy lenta para esquivarlo, como sea, pude cegarla momentáneamente y ella chilló de rabia y dolor.
Yo aproveché el respiro para tratar de darle el golpe de gracia, pero la loba se agachó y escuché un audible gemido.
Clarissa estaba tomando de la garganta al Alfa Noa mientras parpadeaba para quitarse la sangre que caía sobre sus ojos.
-Muévete y lo mato yo misma. – Dijo con una risa maniaca.
Pero eso no fue lo que me detuvo en el acto de clavarle a Furia en su negro corazón, sino los labios del Alfa Noa articulando furiosamente “Mátame”.
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