El lobo solamente quiso que utilizara su cuerpo como almohada. No sabía cómo sentirme al respecto. ¿Decepcionada porque no sugirió que hiciéramos cosas divertidas? ¿Aliviada porque respetara que yo quería seguir yendo lento en nuestra relación?
Muchas preguntas, pocas respuestas.
Así que a la mañana siguiente yo era una humana muy dormida y confundida. No es como si mis preocupaciones me hayan dejado dormir profundamente.
-Manadas. – Dijo Bastian con voz Alfa.
Lo primero que hicimos después de despertar fue organizar a todos para un desayuno rápido antes de sacar a todos para dar un breve discurso sobre nuestros siguientes pasos.
El Alfa Alan había salido por la madrugada del lugar, según los reportes de algunos guardias, así que una preocupación menos. El tipo me causaba escalofríos.
-Los hemos reunidos aquí para hacerles un anuncio importante y para decirles qué es lo que pasará con todos nosotros en los próximos días. – Continuó el tipo cruzándose de brazos sobre el pecho desnudo. Intenté no babear. – Alfa Rose y yo hemos decidido que fusionaremos nuestras manadas; esto es algo que no debería de sorprenderlos ya que como muchos sabrán, ella es mi pareja y Luna. Así como también es Luna de su manada; las políticas de “odiamos a los humanos” que utilizaba Firebuck quedan eliminadas desde este momento, por lo que aquellos que no estén de acuerdo son libres de marcharse a buscar a mejores Alfas que nosotros.
Ni un alma se movió y yo les sonreí. Eso quería decir que me aceptaban, ¿No?
-Bien. Con eso solucionado, aun no hemos decidido el nombre de nuestra nueva manada, por lo que siéntase libres de pensar en sugerencias. Ahora, debo informarles que desde ayer, oficialmente la manada de Skilltown también nos pertenece, por lo que nuestro número se ha incrementado a… cerca de ochocientos lobos. Con la información que acabo de darles les pregunto, ¿Quieren formar parte de esta nueva manada o prefieren ir a buscar un nuevo Alfa?
Un tipo de aspecto rudo levantó la mano y Bastian arqueó una ceja en su dirección.
-Tengo una pregunta, Alfa. – Dijo con expresión seria. – ¿Ambos manejarán como Alfas la nueva manada?
Bastian me miró y yo me encogí de hombros. Ni siquiera recordaba la decisión de unir manadas, pero sonaba sensato así que solo estaba aquí siguiendo la corriente y distrayéndome con toda esa piel a la vista.
-Mi pareja no está familiarizada con la carga de un Alfa, así que tendrá que aprender sobre la marcha; mientras tanto yo le ayudaré en todo lo que pueda para que ambos podamos hacer que la manada sea la mejor del Continente. No me refiero a la más rica o a la mejor protegida, sino a una manada de la que todos quieran formar parte porque ven a sus Alfas interesados en hacer que prosperen. ¿No es así, cariño? – Dijo dirigiéndome a mí.
-Lo intentaré con todas mis fuerzas. – Dije asintiendo. – Aunque confesaré desde ahora que el papeleo lo hará él.
Algunos cachorros y adultos sonrieron con mi declaración.
-¿De qué se encargaría usted, Alfa Rose? – Preguntó una loba unas filas detrás.
-Bueno, tengo un poco de experiencia lidiando con problemas.- Dije con una mueca. – Además, también tengo que encargarme de las tareas que hace una Luna, así que supongo que yo me encargaré de lo práctico y Bastian del trabajo de escritorio.
-¿Patrullará el territorio, entonces? – preguntó un macho de edad avanzada.
-Si, ya lo hacía de todos modos. – Dije encogiéndome de hombros.
Algunos se sorprendieron de esta información.
-Algunos guardias hemos sido testigos de eso. – Dijo otro lobo y vi a algunos asentir. – El Beta Edson le daba tareas… poco usuales. No era extraño que ella sola patrullara los sectores mientras todos nos tomábamos un descanso.
-También ha hecho un buen trabajo enseñando a nuestros hijos. – Dijo una loba de enfrente.
-Gracias. – Dije de todo corazón. – Realmente, con esta fusión en lo único que tendrán que pensar es en si nos darían una oportunidad como pareja para poder liderarlos.
-¿Cómo te llamaremos? -Dijo un lobezno semi escondido detrás de las piernas de una loba.
-Llamarme… ah, te refieres a “Luna” o “Alfa”. Bien, ¿Qué les parece si solo me llaman Rose y evitamos las etiquetas? Para mí también es confuso ser Pollo, humano, Luna y Alfa.
-¿Pollo? – Preguntó extrañado Bastian.
-Larga historia. Bien, entonces nueva manada a la que aun no nombramos, ¿Nos darían una oportunidad?
Y fue así como lobos chicos y grandes comenzaron a descubrir su cuello ante nosotros.
-Gracias, mi pareja y yo lo apreciamos. – Dijo Bastian antes de tomar mi mano y luego regresar al discurso. – Tengo que partir en las próximas horas ya que tengo que arreglar algunas cosas con el resto de la manada que he dejado en Skilltown, así que el regreso a casa tendrá que ser guiado por mi preciosa Luna Alfa a la que no le daremos una etiqueta.
Yo le eché una mirada fea que ignoró.
-Si tenemos alguna pregunta o problema, ¿Solicitamos audiencia con la Luna Alfa? – Preguntó un lobo con diversión.
-No creo que ella aprecie que “soliciten audiencia”, así que simplemente vayan a hablar con ella. – Dijo jalándome para que estuviéramos más cerca. – No hay nada que ella no pueda resolver.
Toda la m*****a razón.
Pero si acaso hay algo que no pueda resolver, le diré que lo resuelva él. Así que le pediré su número en algún momento después de que terminemos aquí.
Cuando los lobos comenzaron a regresar al Sitio Seguro, Bastian me llevó a parte.
-Escucha, si quieres que te acompañe a Skyblue tendría que ser en los próximos cinco minutos porque después de eso debo organizar a la manada de Skilltown. Lamentablemente, mi Beta aun no está en condiciones como para que le encargue esta tarea tan urgente.
-Entiendo. – Dije con un suspiro. – Ve, yo le pediré a Edson que me lleve.
-¿Estás segura? Podríamos ir y comenzar a recolectar los cuerpos para darles una ceremonia rápida y luego te traería de vuelta aquí.
-Lo estoy. Alfa Noa se merece más que una simple ceremonia apresurada. Además, me gustaría que la manada estuviera presente para despedirlo.
-Eres una chica con un tierno corazón. – Murmuró suavemente mientras su mano tocaba mi mejilla. - ¿Vamos a hablar de pollos antes de que me vaya?
-No soy una granjera, ¿Por qué querría hablar sobre pollos? Eres un lobo muy extraño.
Él me dio una lenta sonrisa.
-Regresaré en un par de días. ¿Podrías cuidar de Chase?
-Siempre. – Dije con una rápida sonrisa antes de ponerme seria. – Oye, tengo algunas inquietudes.
-¿Sobre qué?
-Sobre lo que escuchamos en la grabación de tu ex pareja. Como por ejemplo, decía que uno de los Alfas iba a ser el que pusiera las bombas. ¿No vamos a hablar sobre eso?
-Bueno, en vista de que has declarado en frente de nuestra manada que no harías papeleo, pensé que no querrías ser molestada con pequeños detalles.
-Solo escupe lobo tecnicista. – Dije tratando de ocultar mi sonrisa. – También soy una humana curiosa.
-Estoy seguro de que si lo piensas un poco, puedes llegar a la isma conclusión que yo. Cuando regrese, podemos hablar sobre qué vamos a hacer como represalia.
Con eso se dio media vuelta y pude apreciar su ancha espalda. Delicioso.
-Espera.
Se quedó quieto y giró su cabeza con expresión interrogativa.
-¿Por qué no te has puesto camisa o lo que sea encima esta mañana?
Más temprano había hablado con la madre de Rodrigo para darle mi más sentido pésame y preguntarle si podría yo reproducir lo que grabó su hijo a la manada para que otras familias y el resto de los lobos supieran qué era lo que había pasado hasta que Edson y yo llegamos.
La pobre había colapsado después de darnos su permiso. Tuve que pedirle a Paula que la cuidara por un tiempo.
Varias lobas habían aceptado mi ofrecimiento sobre llevarnos a los cachorros y algunas otras se fueron entre lágrimas. Aun así quedaron bastantes lobos expectantes en la explanada.
La grabación comenzaba justo en el momento en el que el Alfa y los guardias entraban en mi casa y terminaba en el momento en el que Edson salía de la casa arrastrando por las piernas a la loba.
Aullidos, lamentos, sollozos y gruñidos; la explanada era un caos para cuando terminó.
-Silencio, por favor. – Dije sobre todas las voces y ellos se callaron un poco. – Quisiera terminar con los últimos segundos en video de la loba responsable por la muerte de nuestro querido Alfa.
Y Edson puso los extraordinarios dos minutos que faltaban de video en donde se veía cómo rompía todos los huesos de la loca. Hubo un montón de exclamaciones de celebración.
-Así que eso fue lo que ha pasado. – Dije con voz triste. – En ese momento el Beta Edson, mi pareja, el Beta Rowan y yo nos encontrábamos en la manada Skilltown matando al Alfa responsable de un montón de crímenes contra la raza. Lamento mucho no haber sido más rápida para poder salvar a nuestro Alfa.
Comenzó con un lobo en la primera fila y luego fue extendiéndose a todos y cada uno de los presentes: Una profunda reverencia de respeto.
Mis ojos comenzaron a empañarse.
-Gracias. – Dije conmovida. – Ahora, mandaré a traer al resto y podremos comenzar con el ritual.
Diez minutos después, Edson prendía fuego a todos los cuerpos y yo cantaba con los ojos cerrados.
Una cálida brisa comenzó a jugar con mi cabello, pero yo no dejé de cantar hasta que el fuego se extinguió y no quedaron más que cenizas.
-Yo… quisiera hacer una parte del ritual que he aprendido recientemente; creo que a nuestro Alfa… le gustaría.
-Alfa. – Dijeron mis lobos con un puño en el corazón. Lo tomaría como un si.
Corrí hacia el principio del bosque y busqué una rama bonita con mis débiles ojos humanos. Tomé una del suelo y luego regresé para tomar las cenizas de nuestro Alfa.
Sabía del sitio perfecto; ahí, a unas calles estaba el parque en el que jugaban los niños y frente a este había una glorieta con un pequeño jardín de flores silvestres.
Caminé hacia allí sintiendo que mi manada me seguía.
Cuando llegué, deposité con gran reverencia las cenizas del Alfa Noa en ese jardín y comencé a cantar de nuevo poniendo encima la rama que había recolectado.
“Yo te cantaré, por tu luz pediré.
Yo te cantaré y mi voz te guiará.
Yo te cantaré... Hasta volvernos a ver.”
Hubo algunas exclamaciones sorprendidas detrás de mi cuando la rama comenzó a expandirse y un enorme árbol nació. Tuve que dar unos pocos pasos atrás; los lobos en la manada de Bastian no habían dejado árboles tan grandes.
-¿Es eso una manzana? – Preguntó una pequeña voz y yo miré hacia arriba.
Efectivamente, comenzaron a brotar de entre las ramas un centenar de manzanas y yo sonreí.
El Alfa Noa pensó en nosotros hasta el final.
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