Político busca niñera romance Capítulo 17

Narra Demian

Eran las 11:00 pm y estaba en un bar con unos colegas, después de la conferencia queríamos relajarnos. En todo este viaje no había podido olvidarme de ella, Amanda se estaba convirtiendo en un temible deseo, bebí un par de tragos para calmar mí ansiedad, pero fue inútil, no podía sacarla de mí mente, tomé otros dos tragos de golpe para agarrar valor para lo que me iba atrever hacer. Tomé mí celular y marque su número, poco después ella respondió.

—¿Hola?—dijo, su voz era realmente bella.

—Hola—mencione en un tono alto, ya que había un poco de ruido por las voces de mis colegas quienes charlaban sin parar—. Escuché que conoció a mi madre—le dije para comenzar la plática.

—Si—confirmó—.Ella parece agradable—agregó, me quede callado por un momento. Mí madre era un poco indiscreta y entrometida a veces, era bueno saber que le había parecido agradable—.¿Qué dijo sobre mí? —Preguntó con curiosidad.

Vacile un poco en responderle, pero finalmente lo hice.

—Digamos que ha sido agregada a su lista de personas que le agrada, que por cierto son pocas las que están en esa lista—mencione con sinceridad, mí madre me había llamado para contarme como las niñas estaban divirtiéndose, me dijo que no las veía así desde que su madre murió, eso me confirmaba que Amanda era quizás la mujer indicada para mí, pero realmente la verdadera pregunta era, si yo era su hombre ideal.

—Me alegro saberlo—contestó amablemente— . Dígame ¿Llamó para ver cómo estaban las niñas?

Ese era el momento que había esperado.

—No en realidad—comencé diciendo—.Llamé para ver cómo estaba mi niñera —dije en un tono seductor.

Escuché silencio al otro lado de la línea, quizás había captado mis verdaderas intenciones.

—Su niñera está bien—dijo poco después.

Quería llegar más lejos con esta conversación así que continúe.

— Mí niñera, ¿ ha hecho travesuras hoy?—dije de la misma manera.

De nuevo ella guardó silencio.

—No aún—respondió en un tono seductor, podía sentir mí polla ponerse dura en ese instante—.¿Dónde está?—preguntó.

—En un bar—respondí.

—¿Con quién?—quiso saber.

—Con mis colegas, aunque desearía su compañía—conteste.

—¿Esta coqueteando conmigo, señor White?—interrogó.

Sonreí ante su pregunta.

—¿Si fuera así la molestaría?—dije con otra pregunta. Mi corazón comenzó a latir de una manera que hace mucho tiempo no sentía.

—No, no me molesta—respondió haciendo una pausa.

No sabía que estaba pasando conmigo o con nosotros esa noche, pero estaba descubriendo que yo no le era indiferente.

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