Ven... a Mí romance Capítulo 29

Melissa.

Su grito había despertado a la pareja de inmediato.

Ambos cayeron de bruces al despertar y nos encontramos de frente a ellos en la habitación.

Mi hermano tenía un bóxer puesto, pero Aroa estaba completamente desnuda, lo que hizo reprimir mis ojos en tono de súplica y que esto no se saliera de control.

Siempre supe el eterno amor de Aroa por mi hermano, pero sabía que él no era buen partido para ella, mi hermano era un mujeriego que no sabía amar, ellos sostuvieron una relación corta, pero no duró mucho tiempo debido a la desconfianza que Aroa le tenía y la inestabilidad de ambos.

Ahora estaba metido en la cama con ella. Y Luc estaba justo frente a ellos.

Aroa se enredó en una toalla rápidamente mientras se interpuso entre mi hermano y Luc gritándole que se calmara.

—¡Me las pagarás, Andrés! —gritó Luc muy enfado y decidí que era hora de ayudar un poco Aroa.

—Por favor, Luc, déjalos que se vistan, hablaremos con ellos —dije mientras sus ojos se fueron a los míos furiosos.

—¡Este no es tu problema! —me dijo en tono frío.

Entonces la rabia me golpeó tan fuerte que ese mismo sentimiento que me hizo entregarme a él y besarlo con locura, se hizo trizas y dio paso a la ira que se esparció rápidamente por mi cuerpo. Ahora él me escucharía, aunque su ego difícilmente podía aceptar.

—¡Ah! ¿Quieres entonces golpear a mi hermano?, ¿te parece muy justo que tú te acuestes con su hermana, pero si él lo hace con la tuya, entonces si quieres matarlo?

Los ojos de Aroa y los de mi hermano se abren de repente. ¿Ellos debían saberlo no? Porque entonces… ¿Qué pensaron al no vernos más en la fiesta? ¿Qué estábamos hablando toda la noche?

—¡¿Te acostaste con mi hermana?! —grita Andrés, ahora no se esconde, sino que enfrenta a Luc.

Tuerzo los ojos.

¡Esto no puedo estar pasando! Andrés no puede ser tan inocente. ¿Dónde pensaron que estaba yo?

—Por supuesto que estaban juntos —dice Aroa torciendo los ojos también—. ¿O acaso te comiste el cuento de Bruno?

Ok.

—Bien, entonces nos golpearemos mutuamente —respondió Andrés haciéndole frente mientras vi como la intensión de Luc era ir hacia él.

Rápidamente me metí entre los dos. Abracé a mi hermano intentando sacarlo de la habitación mientras Aroa gritaba a Luc que no se metiera en su vida.

Di una rápida mirada, y decidí que ya no tenía nada que hacer con ese hombre tan cabezota. Luc jamás dejaría su orgullo, él no podría ser diferente y expresar lo que siente así se esté muriendo.

Me despedí de Aroa con un ademán, sacando a empujones a Andrés de la habitación.

—¡Mi ropa carajo! —esbozó girando hacia mí.

—¡Te irás así! Solo a ti se te ocurre meterte con Aroa y bajo el mismo techo que Luc.

Al llegar a la plata baja Olivia en silencio llamó un taxi para los dos.

El hombre del taxi abrió sus ojos al ver nuestro estado esperándolo fuera de casa, nos miraba como si estuviésemos locos.

Y sí.

Yo tenía ropa de hombre y mi hermano estaba desnudo y en calzoncillos. Y así nos fuimos a casa.

Rogaba mentalmente porque papá y mamá estuvieran haciendo esos paseos que a veces se les ocurriera tomados de las manos. Hoy era domingo a lo mejor el cielo se apiadará de nosotros.

—Sabía que Luc estaba interesado en ti. Pero ¿desde cuándo tú desististe prestarle atención hasta llegar al punto ¡de dormir en su cama!?, en su mismo cumpleaños, y dejando al resto de la gente pensando lo que quisiera…

Mis ojos se abrieron al escucharlo, la paz mental que llevaba en el camino se disipó por su tono insistente y a la vez reprobatorio. El hombre que manejaba aún reía negando sin poder creer nuestra condición.

Ahora me arrepentía de haber vendido mi auto.

—¿Qué fue lo que dijo Bruno? —pregunté interesada.

—Que Luc había hablado contigo a solas y que tú te fuiste después. Pero que él ya no quería estar más en la fiesta. Debiste ver a Sara, había preparado algo especial para Luc.

—¿Qué? —Giré de repente—. ¿Qué preparó?

—Había contratado a un grupo de música de rock clásico para cantar su cumpleaños… podrás imaginarte para cuando llegaron.

«La verdad Sara iba con todo», pensé mientras negaba. Mis emociones se galopaban muy fuerte sabiendo en qué ella estaría siempre al lado de Luc, estaba segura de que Sara haría cualquier cosa por llamar su atención. Y el solo pensar eso, me hacía colocar muy celosa.

—Creo que hay un problema por lo que veo hermanita —volvió a decir Andrés llamando mi atención.

—¡Ahora no, Andrés…!

—Bueno tendrás que prestar atención así no quieras, porque estamos llegando a casa y creo que no tienes dinero contigo, ya que no traes esa cosa que cargan las mujeres y yo estoy completamente desnudo.

Giro violentamente hacia su parte sabiendo que él tiene razón.

¡Maldición! Tendré que entrar y buscar el dinero, ¡qué vergüenza!

Asesino a mi hermano con la mirada mientras él muy divertido baja del auto, en calzoncillos, le suplico al taxi que me espere un momento mientras voy rápidamente a buscar el dinero.

En unos minutos después de que el auto se fue me detengo en el umbral de la puerta mientras Andrés coloca sus pies en la mesa y come unos panes como si nunca hubiese comido en la vida.

Mamá y papá nos miran con mucha reprobación mientras resoplo para enfrentar el bendito desayuno que me espera…

Por la tarde, después de una larga ducha, enciendo mi portátil para revisar el correo, también reviso mi teléfono que dejé desde anoche en mi habitación, y me desanimo muchísimo cuando observo que no hay notificaciones en él.

Para ser más específica de Luc.

Esta noche fue uno de los momentos más importantes de mi vida, cada gesto que entregué fue con todas las fuerzas que había en mí. Estaba enamorada de Luc, quería estar con él. Pero era muy difícil lidiar con toda la situación ahora.

No podía dejar de pensar en lo que mis padres pensarían si se enterasen de todo lo que hizo Sara. Mi hermana era como el orgullo de la familia, ella era la mujer ejemplo desde siempre en esta casa, su partida reflejó cuan evidente, era la favorita para mis padres, y aunque no lo confesaran, ellos sufrían con su partida y con su actitud.

Ahora ella tenía una sola meta. Conquistar el corazón de Luc, y pensar eso me destrozaba el alma.

Me moriría si los viera juntos. No podría con eso jamás.

También estaba el tema de Erick, me dolía mucho la cabeza cada mañana que iba a trabajar y tenía una notificación suya, parecía que le urgía hablar conmigo, sus mensajes de súplica lo reflejaban, y llegaba a pensar que no quería hablar solo para aclarar nuestra situación.

Necesitaba cerrar ese ciclo, así que debía enfrentarme a él en cualquier momento, aunque me resistiera a hacerlo.

Entré a mi correo, y visualicé un único mensaje de Jeremy William en mi bandeja de entrada marcado como importante. Así que, sin dudarlo hice clip para revisar que pasaba.

¡Hey!

—¡Qué sorpresa verte aquí, Dafne! —Dijo entre dientes—. ¿Necesitabas algo de Luc?, Él tardará.

La incomodidad se comenzó a formar dentro de mi pecho, así que gesté una sonrisa forzada y asentí.

—No te preocupes, lo esperaré, él sabe que lo espero.

Ella hizo una mueca un poco rara y se sentó en el sofá mirándome fijamente.

— ¿Por qué haces más pesada esta situación, Dafne? —su pregunta llamó mi atención, así que giré nuevamente en su dirección.

Había decidido recorrer la sala en silencio o ir directo a la cocina con Olivia, pero su pregunta me extraño profundamente.

—No te entiendo Sara, la verdad si te soy sincera, iré donde Olivia mientras Luc llega.

—¿Por qué te duele la verdad? Yo solo estoy haciéndote un favor.

—¿Un favor? —pregunté conteniendo la rabia que me estaba provocando su actitud.

—Si así es, Dafne, tu relación amigable con Luc solo lo exaspera un poco. Él trata de ayudarte en este… acuerdo en el que llegaron, pero la verdad tú le das mucha lástima.

No sé si creer en sus palabras, pero su significado ahora mismo está haciéndome mucho daño, trato de controlar el dolor que se gesta en mi garganta.

—Si eso es cierto, Sara, Luc lo hablará directamente conmigo. Yo no te conozco y no me interesa nada de lo que puedas decir.

Ella se ríe en forma cínica mientras se levanta.

—¡Ay querida Dafne!, solo me coloco en tu puesto, y compadezco que las cosas sean así. Pero es muy humillante que tú trates de mantener una relación con él sabiendo que él nunca te verá de otra forma diferente.

—Eso lo sé —respondo de inmediato—. Ambas sabemos dónde está su corazón.

La mujer se torna seria de inmediato y se acerca más de lo que es correcto hasta llegar a mí.

—¿A si? Pues yo aún no lo sé, no cuando también está en mis brazos de vez en cuando, Dafne —dice riendo mientras mi corazón se estruja—. Y lamento informarte que eso sucede desde hace mucho tiempo, incluso estando contigo.

Mis ojos se abren impactados ante la información que la mujer expone. Un dolor de decepción se instala en mi pecho, no puedo creer lo que estoy escuchando, si Luc rompió conmigo fue precisamente para no hacerme daño, él no haría nada como esto.

Doy varios pasos hacia atrás mientras niego lentamente. Quiero irme de la casa, aun cuando no esté segura de lo que Sara me dijo, no quiero permanecer un segundo más aquí. La rabia me consume muchísimo cegándome completamente a todo.

—Entonces espero que seas muy feliz con lo que su hermana le deje —le dije mientras la mujer abrió sus ojos impactada y dolida por mis palabras y sin esperar un segundo más, salí de la casa sin avisar a Olivia.

Las lágrimas salían de mis ojos, y la garganta me dolía mucho. Abrí el auto y comencé a andar. Las rejas de la residencia comenzaron abrirse y cuando hundí el acelerador para avanzar, vi que Luc estaba entrando.

Me reconoció por el vidrio mientras me dio una sonrisa, bajo su ventana esperando que abriera la mía, pero no lo hice. Las lágrimas bajaban por mi mejilla mientras seguía observándolo.

¿De verdad él sentía lástima por mí? Él me trataba de forma dulce para intentar no sentirse culpable.

Su ceño se profundizó al notar mi reacción y que no respondía a su llamado, intentó bajarse del auto, pero yo aceleré y me fui rápidamente del lugar. Dejaría el auto e iría rápidamente al aeropuerto. Había sido una tonta en no rime de inmediato con mi madre. Cambié mi vuelo solo por hablar con él y ayudarlo a decidir por su felicidad.

Pero encontrarme con toda esta información fue una estaca para mi corazón. Era insoportable incluso pensar que Luc no era nada de lo que yo pensé y me preocupé por él todo este tiempo.

Nunca pensé que mi despedida seria de esta forma, ni tampoco que me iría con el corazón tan roto. Esperaba quedarme en Italia para siempre, y esperaba que Luc nunca decidiera contactarse conmigo nunca más…

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