Ven... a Mí romance Capítulo 34

Melissa.

—Melissa… —escuché muy en el fondo de mi cabeza. Y quería reaccionar, quería parecer que esto no era nada para mí, pero el cuerpo me temblaba. Estaba… furiosa, nerviosa hasta la mierda y con una invasión de celos que me estaba comiendo el alma.

Intenté desviar la mirada, y hacer caso a la voz que estaba llamándome por mi nombre. Pero mi cabeza no se movía. Yo solo podía ver como las manos de Sara, paseaban por el cuerpo de Luc cada vez que quería, se tomaban de la mano, ella reía y él correspondía a todo. A todo…

—¡Señorita River! —ese fue el recurso que Jeremy utilizó finalmente para llamar mi atención. Giré de golpe y él estaba entre molesto y confundido.

—L-lo… lo siento mucho Señor William —dije muy nerviosa.

Él negó varias veces restándole importancia.

—Puedes llamarme solo, Jeremy, no tengo problema con eso. ¿Estás bien? —preguntó con el ceño pronunciado.

—S-si… solo pensé que había visto a alguien que tengo mucho tiempo sin ver —giré la cabeza nuevamente al lugar de antes—. Pero no, me equivoqué.

—Entiendo… —luego señaló con la mano—. Debemos ir a sentarnos, ya comenzará el discurso.

Asentí como una verdadera tonta y tomé su brazo. Las piernas me temblaban y no sabía si tenía la capacidad de coordinar muy bien mi caminata. Fui a donde Jeremy me guio y nos sentamos en las primeras filas, en unos asientos muy cómodos.

Tenía la garganta tan apretada que la respiración por un momento se me dificultó, las luces se hicieron más bajas y supe que todos estaban tomando un lugar. Pero no quería mirar hacia ninguna parte. Tenía una conmoción en el pecho y estaba dolida.

Muy dolida.

Algunos reflectores se pusieron en el centro del lugar y un hombre caminó hacia el atril improvisado.

El orador comenzó a dar la bienvenida, adulando por supuesto a todos los presentes. Dio instrucciones precisas y luego de eso, mencionó la editorial.

Pellizcos…

Eso era lo que sentía en mí estomago todo el tiempo.

—Así que démosle la bienvenida a la editorial Exclusive Store, que nos acompaña hoy. Ellos realizarán un artículo muy amplio sobre esta convención, entonces por favor empresarios, colaboren con este prestigioso equipo —el hombre asomó el brazo hacia nosotros dos y Jeremy se puso de pie para luego ofrecerme su mano.

La tomé de inmediato y me levanté lo más erguida posible mientras los labios me temblaban. Un mar de aplausos prosiguió después de ellos, y mi error fue levantar la mirada, porque allí muy cerca de nuestra posición, se encontraba Luc, junto a mi hermana Sara, mirándome con ojos de terror.

Mi nerviosismo aumentó en desmedida, los aplausos prosiguieron y decidí despegar mi mirada de Luc. Conocía esa forma de mirarme, él lo hacía cuando no estaba conforme con algo, cuando la irritación se apoderaba de su cuerpo y cuando estaba a punto de estallar en ira.

Lo conocía lo suficiente como para leer cada detalle.

—¡Bienvenidos! —dijo el orador nuevamente haciendo un ademán, Jeremy asintió con la cabeza y yo me dispuse a asomar una sonrisa al hombre.

Nos sentamos nuevamente y otro hombre fue invitado a pasar para comenzar la charla en la que se devolvería la temática.

Este no era un evento donde se hablará del hambre en el mundo, ni para dar ningún tipo de donación. Aquí solo se hablaría de dinero y de cómo hacer más.

Con manos temblorosas y ocupándome solo del momento tomé el IPad y comencé a escribir todo lo que me parecía adecuado. Necesitaba solo concentrarme en dicha situación porque de lo contrario iba a volverme un lío con esa intensidad que sentía en mis hombros.

Aunque no estaba observándolo, podía jurar que tenía la mirada de Luc encima de mí.

Jeremy se me acercó en repetidas veces a susurrarme algo al odio respecto a anotaciones que él creía debía realizar, yo asentía dándole una sonrisa y seguía en lo mío.

Y como si el tiempo fuese un montón de neblina, el momento se disipó muy rápido, y aquel conversatorio culminó seguido de un mar de aplausos nuevamente.

Todos se colocaron de pie, miré la hora y prácticamente demoró una hora, pero me parecieron minutos con todo lo que había escrito.

Las personas comenzaron a salir de sus puestos y me giré hacia Jeremy. Él no podía faltarme en estos momentos, sería como mi escudo a esta situación, yo no podía volver a actuar como una tonta; no repetiría mi estupidez de la vez pasada dejando como consecuencia quedarme sin empleo.

—¿Cómo vas? —preguntó mi jefe colocando su mano en mi brazo.

—Hasta el momento bien. Todo está desordenado aquí —le asomé la pantalla—. Pero eso quedará listo en cuanto edite todo.

Sonrió y luego coloco la mano en mi espalada.

Era yo, o él estaba actuando raro…

No le tomé mucha importancia. Estaba clara que desde este momento comenzaríamos a ir por todo el salón, y Jeremy se presentaría. Lo que no tenía ni idea hacer, es cuando estuviera frente a Luc. Yo no estaba preparada para ver las manos de Sara sobre él nuevamente.

—Señor Friedman —comenzó Jeremy para luego hacer una presentación formal, tomé la mano para presentarme, y luego hacer el trabajo sucio al lado de mi jefe.

Ese fue el primer nombre de una larga lista de personas a las que definitivamente les había caído bien, hombres y mujeres emprendedores, unos más ricos que otros y unos más arrogantes que otros.

En algunos momentos, recibí algunos halagos pasados de tono, pero Jeremy era un experto en reducir toda la situación al plano laboral y eso me hizo respirar tranquilamente.

Aunque el ambiente era cálido, mis manos sudaban igual que mi nuca, de vez en cuando alzaba la vista en dirección de todos y me cruzaba con la mirada de Luc.

Y supe que no era menos de un minuto para entrar en el círculo donde él se encontraba, con mi hermana.

—Ahora vamos por una bebida, te la mereces —dijo colocando nuevamente la mano en mi espalda y cuando estaba a punto de asentir, sentí una fuerte presión en el brazo.

Y giré.

—Permíteme unos minutos —dijo Luc masticando de forma obligada sus palabras.

Jeremy era un poco más bajo que Luc, y un poco más delgado, pero no se dejó amedrentar por su tono.

—Perdone señor Mancini, debo llevar a esta chica a tomar algo, ha estado trabajando muy duro durante la noche.

Mi cuerpo se tensó de inmediato, y estaba a solo unos instantes de negarme a su petición, para acceder a la de Jeremy cuando vi que la mano de Sara se puso en su pecho.

—Luc —lo dijo como si estuviese imitándome—. Debemos ir a hablar con el Señor Taylor…

Las sensaciones…. Todas y cada una, se encresparon en mi piel de forma violenta. Mi sangre hervía, y en este punto ya no era razonable.

—Jeremy… —pronuncie decidida—. Solo dame 5 minutos, por favor.

Solo tenía la mirada en mi jefe, y este solo asintió para comenzar a caminar en otra dirección.

Así que ahora era un triángulo. Luc, Sara y yo. Y no les quité la mirada en ningún momento.

—¿Lo que vas a decirme, Sara tiene que escucharlo? —pregunté adrede sin mirar a mi hermana, sabía que ella estaba retorciéndose en el lugar, pero por supuesto no demostraría ese lado oscuro a Luc.

—Sara, ve con Taylor y…

—Luc —intervino ella acalorada—. Yo puedo esperar y…

—Entonces me iré, no perderé el tiempo —dije sin esperar que ella terminara y comencé a caminar apresurada.

Di como 6 pasos largos hasta que volví a sentir esos dedos fríos y fuertes sobre mi piel, pero a diferencia de lo que creí, no nos detuvimos, él literalmente me arrastró apresurado por el salón hacia un pasillo del mismo.

Llegamos a una puerta del pasillo, Luc la abrió y luego entramos; parecía una especie de oficina acondicionada con la luz apagada.

Había una computadora dos sillas y un sofá.

Estaba agitada, me solté de su agarre luego de que él colocara el pestillo en la puerta.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Ven... a Mí